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Resplandor Cristiano

Efectos de la Televisión

Un enemigo olvidado en la educación de los niños

Un enemigo olvidado en la educación de los niños
Ver televisión durante los años de la infancia parece no justificar una preocupación en los padres.
Aunque la costumbre sea verla durante largos períodos de tiempo, ni siquiera se ve una intención en ellos de reemplazarla por otros medios más convenientes de información, como son los libros.

La Academia de Pediatría de Estados Unidos publicado en la revista Pediatrics (agosto de 1999) donde se sugiere que: Los niños menores de dos años no deberían ver televisión ni tener televisores, videojuegos u otros medios electrónicos en sus dormitorios y que privilegien el contacto directo con ellos pues el exceso de televisión puede afectar la salud mental, social y física de los niños.

Recomienda, por ejemplo, a los pediatras llevar una "historia mediática", además de la clínica, que Incluye preguntas sobre películas, videojuegos, videos musicales, Internet y juegos por computadora, y también sobre radio, televisión y libros de sus pacientes, interrogando a los padres sobre los medios con los que acostumbran a interactuar sus hijos.

La Academia basó sus recomendaciones en el conocimiento sobre lo que los chicos necesitan para un adecuado desarrollo cerebral -fundamentalmente interacción directa con sus familiares- así como la noción de sentido común de que, si están mirando la TV, los bebés no están recibiendo otros estímulos esenciales.

Si esto fuera todo, aquí mismo terminaríamos con nuestro artículo, pero todos sabemos, a pesar de lo beneficiosa que pueda ser, del peligro que encierra para nuestros niños.

La responsabilidad de los padres

Frente a tanta corrupción. ¿Qué responsabilidad nos corresponde a los padres, educadores, y lideres espirituales frente a tal estado de cosas? ¿Estamos trabajando para mejorar la calidad de educación a nuestros niños?

Una encuesta realizada, directamente a los niños, por un prestigioso matutino de Buenos Aires revela que los chicos conocen los contenidos negativos de la programación televisiva, saben que la violencia invade la pantalla de TV. Son los más grandes, con mayor espíritu crítico, quienes coinciden en que las propagandas y los avances de otros programas, dentro del horario de protección al menor, son de mal gusto, groseros y excesivamente violentos.

Confiesan además que sus padres les dejan ver TV hasta tarde; cayendo la responsabilidad sobre ellos de qué ver y que no. Muchos de ellos confiesan que no tienen "horarios ni programas prohibidos".

Dos caras de una misma moneda

Es evidente que la mayor suma de material que el niño recibe en la televisión está constituida por series o películas de contenido violento o de insinuación criminal, donde el asesinato, el robo, la violación, la deslealtad, la infidelidad y sobre todo la ilegalidad imperan.

Por otra parte, la banalidad, el culto de la estupidez, lo superfluo y lo inmoral, parecer el único motivo que están sustituyendo los valores más nobles y positivos de la vida. Sin olvidarnos que la única enseñanza que deja es que para ser "alguien" en la vida es suficiente con ser audaz, transgresor e inmisericorde y conseguir nuestros objetivos cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

Ambas caras nos muestran además la exagerada valoración de los bienes materiales con desmedro los valores intelectuales, culturales y espirituales

Programas de entretenimientos, novelas y "dibujitos" contaminados

Un rápido "paneo" sobre la programación al alcance de los niños, nos da una pálida idea de lo perniciosa que resulta la televisión para nuestros hijos.

El horario de 20 a 22 horas (8 a 10 PM) se considera el de mayor audiencia, estando estos ocupados los programas de entretenimiento o novelas plagadas de obscenidad, culto a la homosexualidad, e inmoralidad, donde la infidelidad y la promiscuidad son moneda corriente.

Otra modalidad es la narración de cuentos blasfemos, y las hay donde se hace intervenir a menores con los mismos contenidos que son los más festejados por los mismos padres.

Las novelas infantiles tienen la astucia de comenzar tratando temas inherentes a la niñez, como ser su vida escolar, sus juegos y picardías para pasar en pocos capítulos a mostrar una distorsión de la vida infantil, mostrándolos seriamente enamorados, actuando como adultos chicos y chicas con la anuencia y complicidad de los "mayores" que intervienen en la historia.

Las telenovelas que tratan la vida de los adolescentes no dejan ninguna de alentar la promiscuidad, la rotación de parejas, la homosexualidad, llevándolos a las relaciones sexuales y tratando de enfermos, anticuados y desubicados a aquellos que valoran la virginidad y la castidad.

Programas bailanteros con imágenes eróticas ocupan las horas más accesibles por los niños los fines de semana.

Hoy los super-héroes, son como dioses, con capacidad sin límite y poder para vencer a la misma muerte. La "resurrección" es característica de muchos de ellos.

Los dibujos animados que contemplan la "vida familiar" o de adolescentes modernos enferman las mentes de los más pequeños en que "todo me es lícito y todo me conviene".

Otro mal de todos los medios, pero potenciado por la televisión, son la propuesta del dinero fácil y de obtener cosas sin trabajar esperanzados en la suerte o el destino, un verdadero culto a la holgazanería.

Televisión Vs. Educación

Si la vida de un chico pasa por usar una computadora o mirar televisión, no nos debe extrañar que se aburra o moleste en el aula de su escuela, la clase bíblica u Hora Feliz. Además es probable que le cueste leer un texto, porque está acostumbrado a absorber veloces imágenes que transmiten múltiples informaciones al mismo tiempo; es como si su mente estuviera programada o formateada para un método que no se usa en la educación.

Las investigaciones más recientes dicen que, al completar 12 años de educación, los jóvenes argentinos han mirado 16.000 horas de televisión, presenciando veinte mil crímenes violentos que han alimentado su aparato menta y además con una alta cuota de mensajes que apuntan al facilismo, al exitismo y al perpetuo entretenimiento.

Otro estudio demostró que la TV. ocupa el segundo lugar en el tiempo del niño, después de la escuela, tomando como promedio 4 horas diarias de su atención y seguramente con mayor "éxito de-formativo".

Además el niño a ésa edad no distingue bien entre la realidad y la fantasía, entonces todas ésas escenas pueden almacenarse en la memoria como si hubiesen sido hechos reales. El crimen, la violencia y la inmoralidad se tornan así en vivencias "normales" en la cotidianeidad del niño.

¿Cómo actuar?

El remedio es una tarea compleja donde deben intervenir padres, educadores seculares y maestros bíblicos.

Es probable que tengamos poco o ningún éxito con los primeros. Los padres además de perder autoridad no son ejemplos en sí mismos por la falta de calidad en los programas que ellos ven, disfrutando muchas veces de todo lo pernicioso que señalamos antes.

Los maestros seculares están desmotivados por varias razones sociales, aludiendo que su tarea primordial es enseñar los contenidos curriculares, y que el inculcar valores espirituales es tarea irrenunciable de los padres.

Nuestro desafío

Por todo lo expuesto la mayor parte de la tarea recae sobre los que damos prioridad al espíritu de los niños, sabiendo que son la fuente donde beben sus mentes y por lo tanto responsables de sus conductas, pues conocemos "que de la abundancia del corazón habla la boca" ( Mat.12:34) y también controla la voluntad y los actos.

Solo Cristo puede cambiar las vidas de los niños y por lo tanto, en esta "horfandad" de autoridad y modelos sanos en que viven, darles, a través de la conversión, la sabiduría que no pueden aprender de sus mayores para saber elegir, no ya entre lo bueno y lo malo sino, entre lo bueno y lo mejor ( Fil.1:9-10).

Confiando que las promesas del poder de Dios también les alcanza al niño, logrando "que cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y "lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto. ( Rom.12:2)." Y "que llegue a renovarse en su mente y en su espíritu, y revestirse de la nueva naturaleza, creada según la voluntad de Dios y que se muestra en una vida recta y pura, basada en la verdad" (Ef.4 :23-24).

Si bien el enemigo y sus métodos son poderosos y dañinos, nosotros somos embajadores de Cristo y sabemos que "no es la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños" ( Mateo 18:14)

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La Televisión y los Niños -Todo sobre la Tv-

La Televisión y los Niños -Todo sobre la Tv-


 

La televisión se ha convertido en uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de los niños. Los niños almacenan todo tipo de información que reciben, sean de la escuela, de sus padres, de un cuento... y por supuesto, de la televisión. Por esa razón, el hábito de ver la tele todos los días esta despertando una gran preocupación por parte de muchísimos padres sobre la calidad de los contenidos que están siendo asimilados por sus hijos, como también sobre qué postura deben tener delante de sus hijos cuanto a la costumbre de ver la tele. Samantha Acosta, que vive en Paraguay, es una de las madres que manifestaron preocupaciones sobre el tema. Nos envió una carta solicitando informaciones sobre el tema, y aquí las tenemos.

La televisión es una fuente efectiva para la formación de actitudes, adquisición de habilidades y la formación del comportamiento del niño. Es un medio de socialización. Los niños ven a la tele para distraerse, reducir las tensiones, y obtener información. Además, hay niños que ven la tele porque desde muy temprana edad les fue impuesta y a ellos no les queda otro remedio.

La televisión es la actividad líder de los niños. El tiempo que ellos dedican a la tele varía en función de la edad, sexo, clase social y está directamente relacionado con el tiempo dedicado por los padres. Así que los padres deben ser un ejemplo. No es justo achacar a un solo medio de difusión de información y de entretenimiento, lo que puede también ser culpa de muchos padres. Si en el ambiente del hogar los padres tienen la costumbre de ver la tele, seguramente los niños les seguirán. En muchos hogares, la televisión ejerce el papel de compañía, una especie de "niñera". Hay que estar atentos al habito de ver la tele de los niños. Es necesario conocer más profunda y particularmente su terreno, para evitar que nuestros hijos adquieran conductas agresivas, erróneas,... aprendidas por imitación. No se puede olvidar que nuestros pequeños están iniciando su formación y que todo lo que vean, escuchen, y vivan, pesará sobre todo.

Los efectos de la televisión en el desarrollo social y
emocional de los Niños:

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El tiempo que un niño pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Los niños tambien pueden aprender cosas en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcoholicas, comidas de preparación rápida y juguetes.

Los niños que ven demasiada televisión están en mayor riesgo de que:

- Saquen malas notas en la escuela.
- Lean menos libros.
- Hagan menos ejercicios físico.
- Tengan problemas de sobrepeso.
- Se conviertan en niños pasivos.

La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los niños son impresionables y pueden asumir que lo que ellos ven en televisión es lo normal, seguro y aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y actitudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.

La publicidad

Los niños son los grandes explotados por la publicidad en la televisión. Los fabricantes de juguetes ganan millones a cada año por lanzar al mercado sus productos para niños. Los fines de semana y las vacaciones son sus temporadas preferidas, cuando se generan aún más beneficios económicos. Además, la publicidad televisiva proyecta estereotipos relacionados a aspectos raciales, sociales, culturales, sexuales, así como también hábitos alimentarios.
Según estudios norteamericanos se emiten una media de 23 publicidades por hora, que sugieren cereales, galletas, comidas rápidas, refrescos y golosinas. Ese excesivo número de comerciales que sugieren alimentos, tiene su parte relacionada a la obesidad infantil.

Por otra parte, la exagerada representación de imágenes corporales "perfectas" puede contribuir al problema de la anorexia nerviosa sobre todo en adolescentes, debido a la ansiedad que provoca. Si un niño con sobrepeso aprende en la tele lo importante que es mantener la forma de una manera exagerada, va a desarrollar complejos y consecuentemente seguirá los consejos y las dietas que digan en la tele, aparte de los valores erróneos que le estará asimilando. Mas que la mitad de la publicidad contiene información errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera. De tal manera que, la TV no solo ofrece sino que impone experiencias, condicionamientos a nuestros niños pues ellos son el principal blanco hacia el cual van dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.
Es necesario controlar mejor el acceso de tu hijos a la televisión.

Contenido a manera de información
Tomado de Comunidad cristiana Tiempo de Esperanza

 

Efectos de la televisión

Efectos de la televisión

Recomendaciones para un uso sin abuso

Se dice que es más fácil encontrar una casa en la que falte el pan que una casa sin televisor. Esta afirmación no se puede tomar al pie de la letra, pero refleja bien la escala de valores de muchas familias: prefieren antes comer peor que prescindir del televisor. La televisión se ha convertido en elemento imprescindible para el «funcionamiento» familiar. El extraño silencio que deja una televisión averiada en la casa produce incomodidad, como si estuviera ausente un elemento vivo de la familia. Protagonista destacado a la hora de comer, «invitado especial» todas las noches, compañero imprescindible los fines de semana, su ausencia llega a crear verdaderos síndromes de abstinencia, como si de una droga se tratara.

¿Droga? Sí, ahí está la clave de nuestro tema. El problema no es el uso sino el abuso de la televisión. El enfoque correcto no debe ser: «¿la televisión es buena o mala?» Como muchos otros instrumentos técnicos, la televisión en sí misma no es ni buena ni mala, sino que depende de cómo se use. Un mal uso puede tener consecuencias muy negativas para la salud de la persona, y no solamente de los niños. El profesor Alonso Fernández, destacado psiquiatra español, decía en una conferencia titulada «Televisión y salud mental»: «Todo plan nacional de salud mental debe incluir el adecuado funcionamiento del ente televisivo como una de sus prioridades absolutas». Casi todos habremos experimentado alguna vez la dificultad para levantarnos del sillón cuando estamos enfrente del televisor. Es como si nos «enganchara». Los expertos hablan de un estado de anestesia o hipnosis televisiva que no permite al sujeto alejarse de la pantalla. Sólo ciertas personas con fuerza de voluntad se liberan de esta experiencia de enganche. Así que, el problema no es la televisión, el medio en sí, sino lo que hacemos con ella.

La televisión es un medio de penetración formidable de la forma de ser de este mundo. La secularización entra por todos los poros de la vida del creyente, y el medio televisivo no es una excepción. Para un joven creyente hoy es mucho más fácil imitar a sus «ídolos» de «Operación triunfo» que a Cristo. Es simplemente una cuestión de porcentajes de influencia. Si un creyente pasa tres horas diarias frente al televisor (el promedio en España gira en torno a las 3 horas por día), ¿cuántos minutos recibe de influencia espiritual?. El televisor no es el diablo, ni siquiera es del diablo, pero puede llegar a ser instrumento favorito de influencia por parte del diablo. Observemos con atención las declaraciones de Lolo Rico, escritora, exdirectora de programas infantiles de TVE: «La pequeña pantalla dictamina e impone sus modelos, impartiendo criterios -se siguen a rajatabla- sobre el mundo y la mejor manera de existir en él. Se ha convertido en la madre subsidiaria que distribuye afectos, ordena inclinaciones y asigna gustos y aficiones como es propio de la maternidad». Estas palabras cobran especial valor viniendo de alguien que conoce a fondo la capacidad de influencia del medio televisivo. Rico, autora del libro «El buen espectador» (Espasa Calpe, 1994) afirma de modo concluyente: «La televisión es el medio más manipulador y más manipulable».

Consideremos, ante todo, los valores positivos. En primer lugar, la televisión puede ser un buen instrumento de información. Las capacidades técnicas de nuestros días son tan impresionantes que se ha hecho plena realidad la idea del sociólogo Mac Luhan del mundo como una «aldea global». Para el creyente esto tiene una dimensión muy buena. Si queremos «examinarlo todo y retener lo bueno», tal como nos exhortaba el apóstol Pablo, necesitamos información. El cristiano no puede vivir encerrado en la seguridad de su iglesia local, aislado del mundo Necesitamos conocer y auscultar bien las realidades que nos rodean. Si queremos que nuestro mensaje sea relevante para el mundo, hemos de ser capaces de tener un ojo en el periódico y otro en la Biblia como apuntaba el teólogo Kart Barth. Nosotros parafraseamos su frase y la aplicamos a la televisión: hemos de saber ver lo que ocurre en nuestro mundo. Y necesitamos interpretar estas realidades con los ojos y la mente de Cristo.

De la misma manera que un antibiótico es susceptible de abuso y entonces sus efectos son perjudiciales, lo mismo ocurre con el televisor. ¿Cuáles son los peligros principales de la televisión? Empezaremos considerando los efectos negativos que derivan de la «dosis», la cantidad de horas de consumo de televisión.

El abuso de tiempo delante del televisor nos plantea tres graves consecuencias tanto para el niño como para el adulto. En primer lugar, es una forma pasiva de ocio que reprime la creatividad y la imaginación. La televisión implica muy poca participación, a diferencia, por ejemplo, de la lectura. No estimula la creatividad, una facultad indispensable para los niños y terapéutica para los adultos. Esto es vital porque el ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios, ha nacido para crear. La atrofia progresiva de la creatividad humana lleva a una generación de personas sin criterio, despersonalizadas. Hay algunas formas de ocio -la lectura, la música- que promueven la imaginación. Cuando éramos niños y leíamos «El gato con botas», o «Robinson Crusoe» en la adolescencia, podíamos dar rienda suelta a nuestra imaginación y ello fomenta la creatividad. Este elemento le falta al televisor. La participación es pasiva. En la televisión es difícil ser actor y espectador a la vez. Éste es uno de los grandes riesgos de una sociedad tan centrada en la imagen: perder la imaginación creativa, la fantasía.

En segundo lugar, la mayoría de los programas tiene un efecto absorbente. Es el estado de hipnosis televisiva a la que nos referíamos al principio. Veámoslo con un ejemplo curioso. Si uno de nosotros intenta leer el periódico cuando el televisor está encendido, es muy probable que terminemos cerrando el periódico y mirando el programa. Hay un efecto de atracción, de seducción que capta la atención de la persona. Por ello, muchos encuentran muy difícil apagar el televisor antes de que acabe el programa iniciado. Es un efecto parecido al de la droga: cuanto más la miras, tanto más necesitas seguir mirándola. Me confesaba un amigo cómo decidió vender su televisor porque era incapaz de controlar el número de horas delante de la pantalla y ello había arruinado su hábito de lectura. «La televisión ha empobrecido mi vida», me decía un poco avergonzado.

Este efecto de hipnosis puede llegar a convertir la televisión un una forma de huida, un instrumento para no pensar, un verdadero lavado de cerebro. Ya hemos hablado alguna vez de un fenómeno preocupante: la introducción de aparatos de televisión en hospitales. La enfermedad es probablemente el último reducto que le queda al hombre hoy para pensar y encontrarse consigo mismo. La televisión en la habitación del enfermo entorpece una de las oportunidades más fecundas de reflexión como es el sufrimiento. Cuando la distracción anula la reflexión, la persona y la vida se trivializan, haciéndose cada vez más superficiales.

En tercer lugar, el problema por excelencia de la televisión es la alteración en la vida familiar. En este aspecto ha venido a ser como un intruso que ha alterado profundamente las formas y hábitos de comunicación dentro de la familia. En una encuesta realizada en los Estados Unidos, se hizo una pregunta a niños entre cuatro y seis años: «¿A quién quieres más, a papá o a la televisión?» La respuesta, muy inquietante, fue que el 44% de los niños preferían la televisión antes que a su padre. Sus argumentos eran conmovedores: «La televisión siempre está en casa, mientras que papá no está nunca». «Mi televisión está disponible siempre que quiero, mientras que mis padres están siempre ocupados».

Queremos destacar un peligro particularmente importante: La televisión a la hora de la comida. En las generaciones de nuestros padres y abuelos, los problemas familiares se ventilaban a la hora de comer. «Ya hablaremos en la comida», era una frase sencilla, pero extraordinariamente rica. La comida ofrecía un foro natural donde padres e hijos, esposo y esposa hablaban con espontaneidad de los avatares de la jornada. Hoy en día alrededor de la mesa ya no se habla, sólo se oye la voz del intruso, de la «abuela electrónica» que ha invadido la intimidad familiar. Muchas tensiones podrían aliviarse si el televisor estuviera apagado a la hora de comer. Muchos jóvenes me han compartido cuánto odiaban el televisor porque les había robado a sus padres, les había despojado del único momento de comunicación con ellos. Frases parecidas las he escuchado de labios de esposas y esposos en relación con sus cónyuges. ¿Tan difícil es apagar la televisión durante las comidas? ¿Es que hay miedo de enfrentar con naturalidad los conflictos del día? Nuestra recomendación encarecida, y muy sencilla, es que ninguna familia debería tener la televisión encendida a las horas de las comidas. Es más, el aparato de televisión debería estar ubicado, a ser posible, en otra habitación de la casa. Por desgracia, las reducidas dimensiones de las viviendas actuales no permiten muchas veces esta posibilidad. Pero habría que hacer lo posible por salvaguardar la hora de la comida como momento supremo de comunicación familiar.

Un problema relacionado con el anterior es la «guerra de los canales» entre los miembros de la familia. El padre quiere ver un programa, el hijo se enfada porque desea otro, y la madre protesta porque su programa nunca se le respeta. Estas tensiones familiares por la oferta televisiva se han solucionado en Estados Unidos de una manera muy práctica: cada miembro de la familia, incluso los adolescentes, tiene su propio aparato en el dormitorio. De manera que al silencio durante las comidas se le suma el aislamiento el resto de horas en casa. Así, la habitación se convierte en un castillo fortificado que fomenta el individualismo. La interferencia de la televisión en la vida familiar no es ajena a los altos niveles de individualismo de nuestra sociedad. ¿Dónde están aquellas reuniones familiares, aquellas tertulias espontáneas que enriquecían a generaciones pasadas? ¿No será que la televisión está influyendo poderosamente a engendrar familias-pensión?

Éstos son sólo algunos de los peligros. A modo de reflexión, preguntémonos con sinceridad: ¿Cuántas horas al día dedico a la televisión? ¿Cómo ha alterado esto mi vida familiar? ¿Me es fácil levantarme y apagar la televisión o me quedo «enganchado» con facilidad? ¿En mi casa es la televisión sólo un mueble o se ha convertido en la tirana de la familia? Todas estas preguntas pueden ser un pequeño test para valorar si nuestra relación con la televisión es de uso o de abuso.

Otro tipo de efecto negativo es el derivado del contenido de los programas. La televisión imparte ideología, transmite una manera de ver la vida. La forma de pensar, los valores de la sociedad quedan plasmados en cada película, en cada anuncio publicitario. De ahí el valor estratégico que la televisión puede tener para una comprensión adecuada del mundo que nos rodea. El cristiano no puede cerrar los ojos ante el televisor y decir «esto no me interesa»; por el contrario, los ha de abrir bien para percibir, entender y reflexionar sobre las necesidades de aquellos a los que queremos predicar el Evangelio. Saber mirar la televisión es muy conveniente para una evangelización relevante. La respuesta adecuada a la secularización de nuestra sociedad pasa por una percepción profunda de las enfermedades de esta sociedad. Y la televisión es un escaparate formidable de las dolencias sociales de nuestro mundo contemporáneo.

Miremos, pues, la televisión con la mente de Cristo. Cada vez que encendemos nuestro receptor, a los creyentes se nos brinda una oportunidad para comprobar si de veras tenemos esta mente de Cristo. En la práctica, ello requiere saber interpretar la información recibida de acuerdo con los valores del Evangelio. En otras palabras, para ver correctamente la televisión el creyente ha de usar unas gafas correctoras, que podríamos llamar la cosmovisión cristiana. No luchemos contra la televisión, luchemos a favor de una cosmovisión cristiana de la vida. Nuestros esfuerzos no han de ir encaminados tanto a reprimir -dejar de ver- como a promover -enseñar a ver-. Estas «gafas correctoras» nos permitirán captar los mensajes que hay detrás de cada película, detrás de cada anuncio publicitario o de cada debate. Esta actitud crítica nos permitirá una transformación de la información. Éste es el mensaje básico de (Ro, "12:1-2") Ro. 12:1-2, mensaje que hemos de aplicar a la vida diaria. Ponernos a mirar un programa sin «gafas» nos deja expuestos al mimetismo, a la manipulación y, en último término, a la secularización.

«Señor, enséñanos a mirar la televisión con sabiduría; enséñanos a dosificar y discernir para examinarlo todo y retener lo bueno».

Dr.Pablo Martínez Vila

El Tirano Victoriosos - La TV

Nota: El autor de este artículo es  José HolowatyConsideramos que este artículo tiene mucho de verdad. TOMAR LO BUENO, DESECHAR LO MALO

 Durante todos los tiempos, los cristianos han rechazado las bebidas embriagantes y en muchos países el tabaco también. Por los resultados que dejan, tanto las bebidas embriagantes como la nocividad del tabaco se da por entendido que los cristianos deben tener valor para dejar ambas cosas. Pero el televisor causa mas daño que los dos vicios mencionados y con ellos todas las demás drogas tan peligrosas, sin embargo son muy pocas las personas que se animan a decir algo contra la tiranía tan despiadada del Tirano Victorioso.

Comprendo que estoy nadando contra la corriente, pero he llegado a la conclusión que no es posible que haya un solo cristiano verdaderamente victorioso si no puede desligarse del televisor. Si tuviera que comenzar hoy una nueva iglesia, si tuviera que comenzar a enseñar a aquellos que acaben de aceptar a Cristo, este seria el orden que seguiría:

1. Reconózcase pecador delante de Dios.

2. Arrepiéntase de sus pecados.

3. Acepte a Cristo por Salvador de su alma.

4. Acabe inmediatamente con su televisor, no permita que este entre en su hogar.

Si, el televisor es algo que..."hay que saber como usar", también lo es el vino, la cerveza, el cigarrillo, la marihuana, la cocaína, los bailes, los juegos de azar y muchas otras cosas que sabemos por sus consecuencias que son contrarias a la fe cristiana. En cuanto al televisor, "saber como usarlo" es mantenerlo alejado del hogar.

Hay por lo menos diez razones para que la familia cristiana no tenga televisor en su casa:  1- EL TELEVISOR ES ANTI-HOGAR: Toda sociedad fuerte siempre se compone de hogares fuertes y unidos. No es posible alcanzar una gran nación con hogares en ruina. Y el hogar es la institución divina. El televisor interviene directamente en el hogar monopolizando los mejores momentos que los miembros de la familia tienen para cultivar la vida propiamente familiar. No parece tan peligroso, ya que inclusive hay familias que, "para facilitar su uso" cada miembro tiene su propio aparato evitando así las discusiones de que programas ver. Pero cuanto pierde una familia cuyos miembros no tienen tiempo para hablar entre si, ni hacer las cosas juntos, ni dedicarse a la lectura, a los momentos de oración y estudio bíblico. El compañerismo familiar no se construye en un momento, se logra poco a poco. Habrá algo o alguien mas importante para que se rechace el dialogo familiar? El promedio de chicos norteamericanos, para cuando cumplan 65 años de edad habrán dedicado nueve años de su vida sentados frente al televisor. Pero si ese mismo chico fuera a a escuela dominical cada domingo durante esos mismos años, solo necesitaría cuatro meses para estudiar la Biblia. No cabe la menor duda que "hay extraños en nuestros hogares". Se trata de individuos que llegan a ser parte de nuestra vida, que nos obligan a prestarles la máxima atención al alto precio de la ruptura de los lazos de amor y amistad con aquellos que mas amamos. Las familias se embrutecen colectivamente y se separan entre si debido al Tirano Victorioso.

2. EL TELEVISOR ES ANTI-BIBLICO: Las palabras que no pronunciamos jamas se nos ocurrirían, los insultos que nunca permitiríamos a nuestros hijos nos los traen los..."artistas" que aparecen en nuestras pantallas en un lugar y horario de privilegio: en nuestra propia sala de estar. Muchas veces los padres se sorprenden al escucharle a sus hijos ciertos términos y expresiones que ellos nunca les enseñaron. El Tirano Victorioso es, a no dudar, un buen "educador" o..."pervertidor de la verdadera educación". Jesús dijo: "Mas yo os digo que toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio"(Mateo 12:36). Y dicen otras Escrituras: "No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres"(1 Corintios 15:33). "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de el"(Colosenses 3:17).

 

No es posible cultivar los principios bíblicos y al mismo tiempo vivir reconciliado con el televisor y los programas que este ofrece. Pero donde mas daño hace es cuando pretende hacernos pensar que la verdadera enseñanza bíblica en cuanto a la fe cristiana, consiste en curaciones y explosiones emocionales. Ningún otro medio -- ni la radio, ni la hoja impresa -- pueden influir mas en la mente de gente carente de conocimiento bíblico, presentando experiencias espirituales (que mas bien son espiritistas) pretendiendo probar milagros de cualquier índole para alejar al televidente de la verdadera fe. La Biblia define claramente la fe: "Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).

Es muy difícil que un cristiano bíblico pueda estar mucho tiempo mirando la televisión porque simplemente un mensaje bíblico no apela mucho y por lo tanto no hay muchos cristianos dispuestos a enviar sus donaciones para ayudar a tales predicadores. Hay que ingeniarse de alguna manera y presentar a los televidentes algo para apelar a sus sentimientos y emociones.

El televisor es anti bíblico también porque muchas veces el centro del mensaje no es Cristo, sino el que pretende presentarlo. La gente sin darse cuenta sigue al conferencista en lugar de seguir a aquel a quien el pretende presentar.

3- EL TELEVISOR ES ANTI- ORACIÓN: Probo usted alguna vez orar antes de acostarse después de pasarse dos o tres horas mirando algún programa en su televisor ?. Es muy difícil servir a dos señores. Una persona que acaba de rendirle culto a Baal o a Molok, no puede concentrarse en la oración para platicar por unos minutos con Dios.

 

No hablemos ya de la oración con la familia, esto se dejo hace ya mucho tiempo aunque en algunos lugares u hogares hay algo de "religión casera" sin significado espiritual autentico. La Biblia insiste que los creyentes deben orar y deben velar orando, máxime cuando los tiempos son tan peligrosos como los nuestros. Ningún matrimonio debiera escatimar tiempo para interceder por si mismo y por cada uno de sus hijos. "Pero os ruego Hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo que me ayudéis orando por mi a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta" (Romanos 15:30,31). Pablo le solicito a los hermanos que oraran por el, porque sabia que la oración cambia las cosas. Muy pocos pastores pueden esperar hoy que los hermanos de sus iglesias oren por ellos.

Si, la oración cambia las cosas!... aunque el Tirano Victorioso "ya cambio las cosas", ya sumió en apatía e indiferencia a los mismos creyentes quienes no solo no oran por sus pastores, sino que tampoco lo hacen por sus hijos. Cuando Pablo se entero de como los colosenses habían alcanzado el evangelio y permanecían fieles les escribió "Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos en todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz, el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdónde pecados"(Colosenses 1:1-14).

En la oración se pide, se intercede, se da gracias y hasta se alaba al Señor.

Pero ningún plan de oración y devoción servirá mientras la familia no decida deshacerse de su ídolo: El Tirano Victorioso.

No hay duda que se necesitan las oraciones de los padres, especialmente la madre por la salvación de sus hijos. La madre cristiana es una verdadera dinamita, y con sus oraciones es capaz de hacer trizas hasta los corazones mas empedernidos. Por que la madre moderna no ora mas?...La culpa la tiene El Tirano Victorioso.

Cuando David Talmage, padre del afamado predicador T. DeWitt Talmage, tenia 18 años de edad y vivía en su casa con su hermano Jacob y con su hermana, una noche los tres salieron a una fiesta. La madre de ellos quien era invalida, momentos antes de que salieran los llamo a su dormitorio, junto a su cama y les dijo: ‘‘Ustedes van a una fiesta muy alegre, pero yo quiero que sepan que estaré de rodillas orando por ustedes hasta que regresen". Cuando retornaron eran las dos de la mañana y mientras iban a sus respectivos dormitorios dieron una mirada a su madre y la vieron todavía postrada orando de rodillas. Muy temprano por la mañana, esta madre despertó a su esposo y le dijo que oía a alguien llorando. Levantándose su esposo fue al dormitorio de su hija y la encontró de rodillas llorando pero cuando intento hablarle, ella le dijo: ‘‘Anda al granero, papa, que David esta en peores condiciones. Yo superare mi problema’’. Llegando el padre al granero, encontró a David llorando debido a una fuerte convicción de peado que su corazón experimentaba, sin embargo después de una breve oración con su padre, David le dijo: ‘‘Anda a ver a Jacob, el te necesita en este momento mucho mas que yo, esta en la carroza’’.

Esa mañana los tres hijos de los esposos Talmage fueron salvos por la vida de oración de su madre. La noticia de esta salvación tan gloriosa, tan clara respuesta a las oraciones de esta madre estremeció la iglesia y fue de mucha inspiración para toda la congregación. Como si esto fuera poco, esta madre , algunos años después decidió orar por otros hijos inconversos en compañía de las madres respectivas. Eran cuatro madres que se reunían con ella todos los miércoles para orar por sus hijos, todos los cuales aceptaron al Señor al cabo de poco tiempo.

Todo esto ocurrió cuando todavía el Tirano Victorioso no existía. Hoy en día la vida de oración resulta mucho mas difícil. Hablando sobre la oración, Jesús contó lo siguiente: "Y PROPUSOLES también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar, Diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios, ni respetaba á hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía á él diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Pero él no quiso por algún tiempo; mas después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre, Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, porque al fin no venga y me muela. Y dijo el Señor: Oid lo que dice el juez injusto. ¿Y Dios no hará justicia á sus escogidos, que claman á él día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos? Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?" Lucas 18:1-8

Notemos que Jesús escogió a una mujer, no a un hombre, como persistente en su pedido ante un juez injusto. Las grandes manifestaciones divinas en respuesta a las oraciones, pertenecen a la mujer, especialmente a las madres cuando estas interceden por sus hijos. ES VIRTUALMENTE IMPOSIBLE QUE UNA MADRE CRISTIANA QUE CONOCE EL SECRETO DE LA ORACION Y HACE USO DE ESTE RECURSO, NO LOGRE LA SALVACION DE TODOS SUS HIJOS. Si un juez injusto no pudo resistir las suplicas de una mujer, resistirá Dios, el Juez Justo, quien se complace en oír las oraciones de sus hijos y en salvar a los perdidos?

Satanás muy astutamente, no solo logro desviar el interés en la palabra de Dios en la vida de nuestros hijos, sino que alejo a las madres de una vida de oración por sus hijos. Frente a este Tirano Victorioso las madres cristianas de hoy piensan que no pueden hacer nada para ver salvos a sus hijos.

4. EL TELEVISOR ES ANTI-ESTUDIO: No solamente el televisor ha alejado a las familias de la lectura y el estudio de la Biblia, sino que la juventud actual no tiene interés en estudiar ni aun aquello que necesita para su formación intelectual para la vida presente.

 

Algunos piensan y hasta son capaces de proclamar que el televisor es un "medio educativo" de nuestros días. Que mentira mas descarada! El televisor nunca ha sido un medio educativo, su función primordial es distorsionar la verdadera educación.

1. El televisor distorsiona los hechos en las noticias resaltando siempre lo negativo en los acontecimientos mundiales.

2. El televisor distorsiona la imagen de la decencia, el pudor, la lealtad, la pureza de labios, la sobriedad y la honestidad.

3 . El televisor enaltece el adulterio, la infidelidad conyugal, la obscenidad, la borrachera, el fraude, la mentira, el crimen a sangre fría, la soberbia, la popularidad o endiosamiento del hombre, las bajas pasiones y las blasfemias contra Dios y contra nuestro Señor Jesucristo.

4 . El televisor aun en sus programas supuestamente cristianos, se encarga de alejar a sus adictos de la autentica fe cristiana, ofreciéndoles buenas dosis de experiencias emocionales, supuestas curaciones divinas y otras manifestaciones milagrosas, producto de un abierto ocultismo con rotulo de "Evangelio".

5 . El televisor se encarga de alejar a los hijos de sus padres para llevarlos a las drogas y otros vicios atrayéndolos con propagandas atractivas y cautivadoras.

6 . El televisor distorsiona todos los valores morales y espirituales al ofrecer una vida supuestamente feliz y sin principios morales.

7 . El televisor fomenta la indisciplina y la rebelión contra las leyes y las autoridades, mostrando siempre al criminal como héroe y a la víctima como culpable. FIN

Influencia de los medios de comunicación en la familia de hoy

1. Introducción

Existe un sólido consenso de que la familia es la célula de la sociedad. De esa afirmación depende una serie de hechos que es necesario tener en cuenta. Por ejemplo, que hay una interrelación continua entre familia y sociedad y viceversa. Siendo más específico, la familia cristiana, aunque fundamentada en los principios cristianos y bíblicos, está todavía enraizada en una sociedad y una cultura determinada. Luego, ciertos hechos comunes a cualquier tipo de familia, también le afectan Dos de los hechos que sobresalen en nuestra sociedad Latinoamericana y que inciden en la familia de hoy, tienen que ver con la paternidad responsable o planificación familiar y la influencia de los medios de comunicación. En el último capitulo de mi disertación doctoral en orientación y consejería familiar, analizo a grandes rasgos estos hechos tan importantes y decisivos. Uno de los temas que acaso despierte mayor interés es el relacionado con la influencia de los medios masivos de comunicación, especialmente la televisión.

2. El modelo de familia que promueven los medios de comunicación

Los medios masivos de comunicación como: la radio, la televisión, los diarios, revistas, el cine, y la Internet. Son instrumentos cuyas funciones principales son informar, educar, animar y distraer.
Como cristianos, resulta importante que conozcamos las formas subliminales en que los medios operan en las personas, influyendo en su manera de pensar y de actuar. También es fundamental que conozcamos como interpretar críticamente las ideologías dominantes y antivalores que nos ofrecen

a. El tipo de familia que ofrece la televisión

El escritor argentino Julio Mafud, en su libro hace un análisis sociológico y sintetiza el modelo de familia que promueve la televisión. Según Él, se trata de una familia reducida, con unos padres absorbido por sus trabajos fuera del hogar.

A veces, como lo hemos indicado en las primeras páginas de este capitulo, la situación socioeconómica de nuestros piases tercermundista obliga a los padres a tomar dos o tres empleos, lo que agrava la situación. El "dulce hogar" se ha tornado en la "carga del hogar"

Así las cosas, los hijos se tornan en "succionadores" de los medios que saturan sus mentes ofreciéndoles un amplio panorama de opciones para pedir y nunca estar satisfechos. Perdido el control de los hijos, los padres ya no son los que orienta sus gustos, no dan pautas a sus vidas. Hasta la línea que divide lo permitido de lo prohibido se torna casi imperceptible

b. la ideología y antivalores que promueve la televisión

Ya nadie puede dudar que la televisión es hoy, el medio masivo de comunicación que mayor impacto tiene en la sociedad. Se ha dicho que "en nuestra era electrónica, podríamos cambiar el lenguaje popular dime con quien anda y luego te diré quien eres, por Dime cuántas horas por días pasa frente al televisor y te diré qué esperas de la vida y de tus semejantes.

Vivimos en una "cultura de masas", entendiendo por ello el producto de toda una tecnología al servicio – teóricamente – de la comunicación humana. Decimos teóricamente porque, aunque suene contradictorio, muchas veces lo menos que hay es comunicación.
Como se ha señalado los medios de comunicación "sustituyen cada vez más al diálogo entre el género humano, que es la base de la convivencia humana y del vivir democrático"

Por ende, nos lleva a cuestionarnos ¿Cómo influyen los medios masivos, particularmente la televisión, en el pensamiento y la acción del individuo? ¿De qué maneras la televisión muestra la realidad? ¿Cómo funcionan los mecanismos de desinformación? ¿Cuál es la ideología dominante y sexista de la publicidad? ¿Qué tipo de sociedad propone? ¿Cómo podemos desarrollar una actitud crítica para ver televisión, publicidad, cine, interne, y no ser absorbido por ella?

Para responder a estos interrogantes es necesario estudiar la televisión como medio de comunicación. La televisión conlleva un doble efecto. El primer efecto, al que se puede considerar denotativo, tiene que ver con lo objetivo y explícito, es decir, lo que concretamente ofrece un mensaje determinado.

Pero, hay otro al que se puede llamar connotativo, que contiene un mensaje implícito que añade o sugiere significados que apuntan a otras ideas y sentimientos

Es importante que conozcamos ejemplos concretos de los antivalores que nos dan los medios de comunicación, en especial la televisión. He aquí algunos ejemplos que nos ofrecen los autores
a. Desintegración familiar. "En una serie dramática de la televisión argentina de hace algunos años, ninguno de los tres personajes centrales tenía una familia estable e integrada. Uno de ellos se la pasaba "probando" de pareja en pareja. Otro, aparentemente era divorciado. El tercero vivía en la incertidumbre en ese terreno. El contexto social y familiar que esos hombres representaban daba como una realidad incambiable" el hecho de que es posible ser persona actualizada, de éxito y de importancia, sin que ello implique necesariamente estar al frente de una familia" (Roldán, p: 292 –293).
Precisamente, Graciela Peyrú sostiene al respecto que en la televisión "los besos y las caricias, cuando se incluyen, forman sólo parte de la dupla seducción / violencia o son expansiones mínima de vínculos fugaces

b. Sexo libre.

Los televidentes no tendrá dificultad en ver enlatados nacionales y extranjeros, cómo indirectamente se aprueban ciertos pecados como relaciones premaritales, adulterio, fornicación, robos, asesinatos, y homosexualidad. A propósito de este último, nos dice Peyrú: "recuerdo el caso de otra serie argentina, en la cual su personaje central era un homosexual.

Las escenas mostraban cómo el muchacho no encontraba solución a su problema ni en la psicología, ni la psiquiatría, ni la religión. Finalmente, todo termina con una carta que le envía su hermana donde le dice más o menos así:

"Querido hermano, la decisión es tuya. Es lo único que cuenta. Hace lo que vos querrás. Nadie puede ni debe meterse en tu vida. La opción es tuya y si es bueno para vos, entonces es bueno". Conclusión que queda en la mente del televidente promedio: "Está bien lo que me hace sentir feliz. No hay absolutos. La homosexualidad es una opción más que no es ni mejor ni peor que la heterosexualidad"

c. La publicidad en los medios de comunicación

La publicidad se define como "una técnica de difusión masiva, a través de la cual una industria o empresa lanza un mensaje a un determinado grupo social de consumidores con el propósito de incitarlos a comprar un producto" Las coordenadas bajo las que se estructura la publicidad son básicamente dos: el Progreso y el Placer. El poder de la publicidad es de tal magnitud que hoy ya no importa tanto si un producto es bueno o es malo. La publicidad se encargará de hacerle creer a las personas que es "¡caro... pero el mejor!". Aunque a la postre el consumidor llegue a la triste realidad de que en efecto era "¡caro... pero el peor!"

La publicidad apela a "estímulos subliminales". Es decir, fuerzas sensoriales a escala inconsciente. El estímulo subliminal es como una "memoria dormida" que cuando despierta hace actuar a la persona. Muchos aspectos de la realidad que no vemos como consciente los percibimos subliminalmente y se va almacenando en nuestro inconsciente.

Lo importante en la publicidad no está sólo en lo que explícitamente dice un comercial. Muchas veces está en lo que el mensaje implica en términos de "felicidad", "realización humana", "progreso", "conquista", etc.

d. Claves para interpretar los medios de publicidad

Como todo mensaje publicitario requiere una adecuada interpretación. En este sentido, hay que una clave que resulta de sumo valor práctico a los fines de interpretarla. Por lo general, toda publicidad sigue el siguiente esquema:

Necesidad humana + Conflicto insatisfacción + producto propuesto = Solución del problema. Lo grave del problema es que se trata de "soluciones falsas a problemas reales". En efecto la publicidad le hace creer a los oyentes y televidentes que comprando tal producto será próspera, tendrá dominio sobre otros, será una persona dinámica, emprendedora, fuerte, viril, con prestigios, etc.
Algunos slogans publicitarios que apelan a la felicidad, el éxito, la fama, son estos:

Siempre habrá tiempos felices. Cuente con cigarrillo... Interpretación: El fumar ese cigarrillo hace posible la felicidad.

¡En guardia! Juvenil, peligrosa, ¡dispuesta a la vida! ...el amor que espera. Loción y extracto... El texto está acompañado por la imagen de una mujer rubia, juvenil y peligrosa.

¡Automóvil... la gran tentación! La imagen esta vez es diferente a la anterior, aquí se trata de una mujer de color, mirada atractiva, labios carnosos y a punto de morder una manzana.

Muchas veces las imágenes son simbólicas y apelan, por lo general, a la sexualidad. Así aparecen como "telón de fondo" objetos de placer. "Y uno dice: pero, yo no me di cuenta de eso. Por lo tanto no me tiene que afectar.

Otro caso de error. Como se sostiene en una obra ya citada: "El descubrimiento fundamental fue este: los motivos que impelen a un individuo a comprar o no comprar una cosa son diez por ciento de nivel consciente y noventa por ciento de nivel subconsciente" e. El niño y la televisión: ¿Entreteniendo o masificación?

Los niños son los que generalmente pasan más tiempo frente al televisor. Como sostiene un especialista en comunicaciones, el profesor Miguel A. Pérez Gaudio, la familia "le ha abierto a la televisión de par en par las puertas de su intimidad hasta el punto de que estos medios llegan a imponer sus horarios, modifican los hábitos, alimentan conversaciones y discusiones, y sobre todo afectan la psicología de los usuarios en los aspectos tanto afectivos e intelectuales como religiosos y morales"

Se consideran que son televidentes livianos los que pasan menos de cuatro horas por días viendo televisión. Los pesados, son los que pasan más de cuatro horas por días.

3) ¿Cómo incide la televisión en la conducta de los niños?

En primer lugar, en cuanto a rendimiento escolar, en una prueba que se hizo en 1984 por el programa Evaluación Nacional del Progreso en Educación en los Estados Unidos de Norte América, nos dice al respecto:

"Los niños de 9 años que miraban seis horas o más de televisión por días se desempeñaban escolarmente mucho peor que aquellos que miraban menos horas. Pero había poca diferencia entre los que miraban menos de dos hora de Televisión diarias y los que lo hacían de 3 a 5. Entre los jóvenes de 13 a 17 años encuestados, los niveles de la lectura ascendían a medida que mermaban las horas frente al televisor" (Diario: La Nueva Provincia, 1988).

En segundo lugar, está el tema de la violencia. En una encuesta realizada en una escuela de la ciudad de Buenos Aires, se halló que había un comportamiento disímil entre dos grupos de niños. El grupo que había contemplados programas violentos dejaba a los más pequeños cuando se trenzaban en peleas. Los que no habían estado expuestos a ese tipo de programas si intervenían para separar a los que se estaban peleando.

Las conclusiones son las siguientes: "Se ha comprobado reiteradamente que los niños acostumbrados a ver programas violentos como televidentes pesados muestran menos índices corporales de alteración emocional frente a la agresión que los menos habituados livianos. Esta "desestabilización" va acompañada de un aumento directo de las fantasías y conductas agresivas"

¿Cómo el televidente podrá desarrollar una mentalidad crítica y reflexiva que le permita ver televisión?

El Señor Jesucristo nos exige ser no sólo sencillos como palomas, sino también prudentes como serpientes, Mateo 10: 16. En este sentido, debemos estar al tanto de la escala de valores que nos ofrece los medios de comunicación, en especial la televisión. Extraeremos algunos datos que surgen de la investigación del profesor Pérez Gaudio, realizada con 100.000 estudiantes:

  • Asimilación de los contenidos de televisivos.
  • Agresividad por imitación.
  • Alteración de los valores personales, familiares, sociales y religiosos.
  • Ligereza para imitar e identificar con los personajes propuestos en las programaciones televisivos.
  • Desjerarquización de la autoridad familiar y docentes.
  • Consumismo material excesivo .

Finalmente ¿Cómo desarrollar una mentalidad crítica que nos permita ver televisión sin ser masificado por la misma ni ser receptores pasivos de sus mensajes"

Cuántas horas de televisión ven nuestros hijos?

  • ¿Cuáles son sus programas favoritos?
  • ¿Coincide la filosofía de la vida y la escala de valores de esos programas con la doctrina cristiana? ¿En qué aspectos se oponen?
  • ¿Es aceptable el tipo de sociedad, de familia, de género que nos proponen?
  • ¿Qué puntos de vista jamás toman en cuenta?"

Estas son sólo preguntas de orientación, según Él, deja un espacio para agregar. Al cual anexamos las siguientes:

  • ¿Cómo son vistos los grupos étnicos de nuestro país? ¿Qué características se le atribuyen?
  • ¿Cuáles son los medios y las instancias a través de los cuales el sexismo, el machismo se convierte en una práctica cotidiana?
  • ¿Cuál es el modelo de familia que presenta las novelas? ¿Cuáles son las características de tal familia? ¿Coinciden estas características con la realidad familiar de nuestro hijo, de nuestra sociedad e idiosincrasia?
  • ¿Cómo es vista la mujer, los niños con relación a la familia?
  • ¿Qué piensa del lenguaje que utilizan los personajes en los medios de comunicación: radio, prensa, televisión, cine e Internet?
  • Busque en los programas de televisión, radio, prensa ejemplos de discriminación social, política, racial, y religiosa. Haga una evaluación de los mismo y notará que son perjudiciales para la formación de nuestros hijos.

Para finalizar esta parte, debemos recordar lo que nos dice el apóstol Pablo: Todas las cosa me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna (1 Corintios. 6: 12). Podemos hacer uso de la televisión. Otra cosa, muy distinta, es que la televisión termine usándonos.

Si logramos revestirnos de una mentalidad crítica, entonces podrá ser de cierta utilidad en términos de entretenimiento y aun cultural. De lo contrario, terminará siendo un instrumento de masificación de nuestras familias

Conclusión:
Quiero concluir esta sección con el tema: La iglesia y la pastoral familiar: Hacia una pedagogía centrada en la Palabra de Dios

4. La misión evangelizadora de la familia

En momentos en que muchas familias están en crisis o se ven amenazada por su desintegración, los cristianos debemos redescubrir la responsabilidad que Dios asignó a este grupo humano para su feliz funcionamiento.

Esta responsabilidad, que consiste en formar en cada miembro de la familia un cristiano genuino, no es otra cosa que la misión evangelizadora de la familia. El propósito de este tema es precisamente reflexionar sobre el significado y las implicaciones de este ministerio familiar.

Desde el A.T., vemos que el propósito de Dios era que la familia fuera el principal campo evangelizador para sus integrantes. El mandamiento expresado es: Estas palabras que yo te doy estarán sobre tu corazón y las repetirás a tus hijos... (Deut. 6: 6, 7).

No es sólo un mandato de enseñar una serie de normas a nuestros hijos. Es eso, pero mucho más. Si la ley de Dios estuviere en el corazón de los progenitores, como señal el v, 6, entonces la transmisión será de corazón a corazón.

Esta idea de pasar algo de corazón a corazón no sugiere que se trata de la transmisión de bienes espirituales a los hijos, lo cual es mucho más que la repetición verbal de un precepto. El hecho de pertenecer a una familia cristiana no es garantía absoluta de que sus miembros serán definitivamente cristianos.

Al llegar a los 18 años cada hijo será libre para renovar su compromiso con Cristo de un modo más significativo o para elegir el camino que considere mejor. Pero, también es cierto que el pertenecer a la familia cristiana automáticamente nos coloca en una posición especial en el camino de la fe.

La presencia de los padres cristianos en la familia confiere el carácter de santos a los hijos. Esto no significa que ellos estén exentos de un compromiso personal con Cristo. Lo que aquí se enfatiza es que un hogar cristiano cumple un ministerio impactante sobre sus hijos 
Al respecto se ha dicho en el Congreso Mundial de Evangelización: "Hay una gran diferencia entre un hogar cristiano y uno que no lo es; entre los hijos de los creyentes y los hijos de los incrédulos". Es innegable que los hijos de hogares ya están en cierta manera iniciados en el camino de Jesucristo. Sus decisiones posteriores los reafirmarán o los alejarán.

Frente al fuerte desafío que se ha puesto en una evangelización personalista es necesario reforzar el concepto de evangelización en familia. Esto no significa despersonalizar el encuentro con Cristo. Por el contrario, reconocemos que el compromiso personal con Cristo es esencial para cada creyente. Sin embargo, también reconocemos que si Dios nos creó y nos colocó en un ambiente familiar para vivir, también quiere redimirnos juntamente con toda nuestra familia
La carta de Hechos de los apóstoles corrobora este desafío familiar de la evangelización al decir: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa[tu familia] (16: 31, Biblia, 1960: 930 –931).

Creemos que el campo más propicio para fomentar el compromiso personal es precisamente la evangelización de la familia en plenitud. Entre los elementos que dispone un hogar cristiano para cumplir su ministerio evangelizador podemos considerar:

5. Un ambiente afectivo

Existe una realidad que está presente en cada familia como el aire que respira y es la atmósfera formada por los que integran la familia. El carácter, los sentimientos, los principios y los valores religiosos y morales, el tipo de relaciones constituyen esta atmósfera que abarca a toda la familia y le da un carácter particular.

Esta realidad es una vía por la cual la familia es evangelizada de un modo no menos fuerte que por la enseñanza consciente. No se trata de una actividad forma, sino de un impacto natural de la vida familiar sobre la vida cada persona. Cuando se trata de una familia cristiana, ésta tiene su atmósfera distinta. Y es la calidad de esta atmósfera la que va a influir positiva o negativamente en su misión evangelizadora.
Es cierto que el clima afectivo es creado por todos los integrantes del grupo familiar, pero la primera responsabilidad de imprimirle un carácter favorable para el desarrollo cristiano de los hijos recae generalmente sobre los padres.

La doctrina cristiana en la vida familiar se manifiesta básicamente en las relaciones interpersonales. Cuando estas relaciones están en crisis [por el egoísmo, malentendidos, presiones externas u otros factores] es el poder del Espíritu Santo el que interviene reconciliando y restaurando las relaciones.

La familia necesita un tiempo devocional para leer la Palabra de Dios y orar juntos. Pero más que actividades, lo que impacta en la vida cristiana en familia es el tipo de actitudes con que se relacionan diariamente sus miembros, o sea, el ambiente que se vive continuamente. Si las actitudes por lo general son tensas y no se produce la reconciliación, el momento devocional puede ser una experiencia frustrante y aun contraproducente.

"Todas las situaciones del hogar enseñan el evangelio de un modo más contundente que cualquier curso sobre la vida cristiana. Es en la vida familiar donde el niño descubre las respuestas a sus inquietudes religiosas. Es en el modo en que es tratado por sus padres que percibe el amor de Dios hacia Él. La manera en que los padres afrontan y resuelven los conflictos de pareja, las actitudes frente a las crisis económicas o afectivas, la valoración de las personas y de las cosas, la actitud positiva o negativa frente a la vida son vivencias que se fijarán en cada hijo de un modo espontáneo pero definitivo”

5. Una pedagogía bíblica

La familia es la principal responsable por la educación cristiana de los hijos. Esta educación debe incluir todas las verdades bíblicas, como la de que Dios en su hijo Jesús mostró su gran amor al ser humano, que El espera la respuesta del ser humano, y que la persona que vive sin Dios necesita ser convertida por el poder del Espíritu Santo.

Cualquier verdad bíblica puede y debe ser enseñada a personas de todas las edades. El problema aparece cuando se practica la enseñanza con torpeza por desconocer los principios básicos como la evolución mental y efectiva de las personas que atraviesan por diferentes edades. Una teología mal entendida consideraría a los niños como adultos en miniatura, esperando de su conducta una perfección que al mismo adulto le es imposible alcanzar.

Esta insensibilidad lleva a conocer la conducta de un niño que miente aun cuando esté en la etapa en que en realidad y la imaginación se superponen. La misma falla se comete cuando se juzga mal a un adolescente que vive altibajos emocionales, típicos de su edad. "Una sana teología reconoce que Dios no demanda el mismo comportamiento a personas de diferentes edades. Dios no espera que los niños actúen como adultos, simplemente los acepta como niños que son y con la fidelidad que se puede esperar de un niño."
Es indispensable que la educación evangelizadora en familia provea oportunidades para respuesta de cada uno de sus integrantes. La enseñanza de la Biblia siempre requiere una respuesta del género humano. "El que enseñe a su familia la Palabra de Dios y no busca intencionalmente respuestas personales, actúa como el labrador que echa la semilla y nunca vuelve a buscar el fruto".

"Tan importante como es el dar lugar a respuestas o reacciones es también dejar claro en qué consiste cualquier tipo de decisión con la que  se confronta a las personas. Sólo es válido aquel evangelismo que explica con claridad las implicaciones de cualquier respuesta de compromiso que asumirá la persona.

El tipo de respuesta dependerá de las diferentes edades, de las necesidades de cada persona y del mensaje de Dios que se haya presentado. No debemos esperar respuestas estereotipadas, pues Dios es el que hace la obra en las personas y Él puede actuar de modos no previstos por nosotros"

Basándonos en 2 Timoteo 3: 15: “desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Debemos reconocer que la enseñanza de la Biblia conduce a la salvación, se trate o no de una apelación al arrepentimiento y la fe. Por tanto podemos decir que: "estamos evangelizando al enseñar la Biblia y estimulando cualquier tipo de compromiso que requiera el pasaje enseñado.