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La Mentira

La Mentira

Según una de las fábulas de Esopo, una anciana que estaba a punto de perder la vista ofreció a un médico una jugosa recompensa a cambio de un tratamiento que le mejore la vista.

El médico, quien además de médico era un ladrón y mentiroso consumado, solamente se limitaba a untar aceite en los ojos de la anciana y mientras ésta tenía los ojos cerrados, aprovechaba para llevarse una a una las cosas de valor que la anciana tenía en su casa.

Cuando ya no quedaban más cosas que llevarse, el médico dijo a la anciana que el tratamiento había terminado y reclamó la recompensa acordada. Pero la anciana rehusó realizar el pago, por lo cual el médico le llevó a los tribunales de justicia.

En su defensa, la anciana decía a los magistrados: En verdad prometí pagar esa recompensa, pero siempre y cuando me mejore la vista. Pues sucede que antes del tratamiento, al menos veía borrosamente las cosas de mi casa, en cambio ahora, ¡no las veo en absoluto! La mentira es como un bumerang, siempre halla la forma de regresar para golpear al mentiroso.

La mentira es la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe o se cree, o se piensa. La Biblia habla mucho sobre la mentira, porque la mentira no debe ser parte de la vida auténticamente cristiana.

La Biblia prohíbe la mentira. Colosenses 3:9 dice: "No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos"

La Biblia dice que Dios odia la mentira. Proverbios 6:16-19 dice: "Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre los hermanos."

La mentira está justamente entre las cosas que odia Jehová. La Biblia dice que Dios abomina la mentira. Proverbios 12:22 dice: "Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento."

La Biblia dice que la mentira afecta la comunión con Dios. Isaías 59:2-3 dice: "Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua."

La Biblia dice que el diablo es el padre de la mentira. Juan 8:44 dice: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira."

La Biblia dice que el diablo induce a los hombres a la mentira. Hechos 5:3 dice: "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?"

Estos son sólo unos pocos ejemplos de lo que la Biblia declara acerca de la mentira. ¿Cuál debería ser la actitud de los creyentes hacia la mentira? La Biblia nos da la información al respecto. Debemos aborrecerla. Salmo 119: 163 dice: "La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo".

Además de aborrecerla, los creyentes debemos evitarla. Hablando del pueblo escogido de Dios, el profeta Sofonías dice lo siguiente en el capítulo 3 versículo 13: "El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice."

Los creyentes también debemos evitar el intimar con los mentirosos, no sólo para no ser víctimas de alguna mentira, sino para no contagiarnos de ellos pensando que la mentira es una buena manera de obtener las cosas que se desea.

Esta es la recomendación de David. Salmo 40:4 dice: "Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira."

En otro pasaje del mismo libro, Salmo 101:7 dice: "No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos."

Es tan sencillo deslizarse por el barranco de la mentira, que la Biblia aconseja a los creyentes a orar a Dios pidiendo no caer en la mentira. Salmo 119:29 dice: "Aparata de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley."

Cuánta razón tenía David al orar a Dios pidiendo que ponga guarda a su boca. Salmo 141:3 dice: "Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios."

La mentira simplemente no es conveniente para los que están en posición de autoridad. Proverbios 17:7 dice: "No conviene al necio la altilocuencia; ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!".

Cuando este texto nos habla de un príncipe, está refiriéndose a alguien con autoridad. Pero no olvide que los creyentes somos, en un sentido espiritual, reyes y sacerdotes de Dios nuestro Padre. Si la mentira no es conveniente para un príncipe terrenal, cuánto menos para un rey y sacerdote espiritual, como somos los creyentes. Esas son las principales actitudes hacia la mentira que un creyente debe formar en su vida. La mentira es en extremo peligrosa.

Note a lo que puede conducir. Lleva a profunda aflicción a los que son víctimas. Proverbios 26:28 dice: "La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, y la boca lisonjera hace resbalar"

Es probable que Usted haya probado ya el trago amargo de alguna mentira dicha por alguien en su contra. La tendencia natural es a buscar al que propagó la mentira para darle su merecido, o hacer algo para que a todos les conste que lo que se dijo es mentira. Pero no ceda a este impulso. Lo único que logrará es hacer más grande la herida. Lo mejor es dejar la situación en las manos del Señor.

Deje que él pelee por Usted. Deje que él se encargue de lavar su nombre de la mancha causada por la mentira. Así es, la mentira conduce a la aflicción a sus víctimas. La mentira también conduce a una multiplicación de mentira. El que miente una vez debe necesariamente mentir otra vez para cubrir la primera mentira. De esta manera se produce una multiplicación de mentira. Esto sin contar con que el mentiroso es como un imán para atraer a la mentira.

Proverbios 17:4 dice: "El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha la lengua detractora"

La mentira también conduce a ofensas mucho más graves. Oseas 4:2 dice: "Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden"

La mentira es solo un comienzo de una larga cadena de males que pueden llegar inclusive al asesinato.

También la mentira puede producir un éxito pasajero, el cual es solo presagio del desastre inminente. Proverbios 21:6 dice: "Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte"

El mentiroso se contenta por el aparente éxito de su mentira. Lo que no se da cuenta es que a la vuelta de la esquina está el precipicio donde irán a parar sus huesos cuando caiga en él. La mentira nunca trae beneficio duradero.

La mentira también conduce a la exclusión del cielo. Los mentirosos no tendrán parte en el cielo. Apocalipsis 21:27 dice: "No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero."

En concordancia con esto, la Biblia muestra que la mentira conduce al lago de fuego. Apocalipsis 21:8 dice: "Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda."

Es el castigo final de Dios a los mentirosos. Salmo 5:6 dice: "Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová."

Una vez que hemos visto todo esto que declara la Biblia acerca de la mentira, es obvio que debemos hacer lo que sea necesario para librarnos de la mentira.

La sugerencia es reconocer que la mentira es pecado. Si desea librase de la mentira, mírela como Dios la ve, como un pecado, mas no como una debilidad o una mala costumbre, o como una exageración, o algo parecido.

Una vez que ha reconocido la mentira como pecado, es necesario que lo confiese a Dios como tal. Hable con Dios y dígale: Soy mentiroso. Dije esto o aquello, o hice esto o aquello. No se justifique. Cada vez que mienta, vaya a la presencia de Dios para confesarla. En algún momento conseguirá pensar antes de mentir, para evitar la mentira.

Después debe comprometerse delante de Dios a no mentir aunque ponga en riesgo su vida. Odie la mentira y resista mentir a cualquier precio. Además debe orar a Dios para que le libre de la mentira. Así como David quien pedía a Dios que le libre de entrar en el camino de mentira y también pedía a Dios que ponga guarda a sus labios para que jamás salga de su boca una mentira.

Cada día debería adoptar la costumbre de rogar a Dios en oración que la mentira esté lejos de su vida. Si a pesar de todo, cae en la mentira, no piense que todo ha terminado o que no puede luchar contra la mentira. Quebrántese delante de Dios en oración y confiese su pecado y deje que Dios le levante para volver a caminar en la verdad.

No olvide que otra característica de la vida auténticamente cristiana es la ausencia de la mentira.

AMISTADES CRISTIANAS


Si Usted es un nuevo creyente habrá notado que entre los muchos cambios que son típicos de la vida cristiana, se incluye esa actitud de frialdad que raya en la indiferencia, por parte de sus antiguas amistades. Claro, ellos ya no pueden contar con Usted para sus andanzas, y se desquitan con la indiferencia.

Pero no hay de qué preocuparse. Son los gajes del oficio. La Biblia enseña que el padecimiento por causa de Cristo debe ser considerado como un motivo para sentirnos bienaventurados o muy felices

1ª Pedro 4:12-16 dice al respecto: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; pero si alguno padece como Cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.”

De modo que, es muy posible que en algún momento de su vida como cristiano, se encuentre escaso de verdaderos amigos. Es necesario por tanto que piense muy seriamente en buscar buenos amigos. Amigos con quienes pueda compartir sus penas y sus alegrías.

Esta es otra característica de la vida auténticamente cristiana. Un popular refrán dice: Dime con quien andas y te diré quien eres, por tanto, es importante saber como escoger los amigos. De modo que, permítame compartir algunas ideas que le pueden ser muy útiles.

°Número uno, busque amistades que sinceramente estén procurando vivir en santidad. Deberán ser personas que comparten su fe y sobre todo que vivan en la práctica, lo que creen en la teoría. No le va a hacer nada bien tener amigos que dicen lindas cosas con sus bocas, pero hacen todo lo contrario a lo que creen.

Mire lo que dice Proverbios 4:14-15 “No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. Déjala, no pases por ella; apártate de ella, pasa.”

Cuidado con entablar amistad con alguien que franca y abiertamente practica el pecado. No olvide que los malos hábitos son extremadamente contagiosos. Esto no significa que deba desechar a alguien que siendo ya su amigo ha caído en pecado. En la medida de sus posibilidades debe más bien animar a ese amigo para que abandone el pecado y sea restaurado. Pero si está en el proceso de escoger nuevas amistades, procure buscar personas que sin ser perfectas están procurando vivir en santidad.

°Número dos, busque amistades que le ayuden a crecer espiritualmente y a quienes Usted pueda ayudar a crecer espiritualmente. La amistad no es solo para recibir sino también para dar.

Eclesiastés 4:9-10 dice: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren , el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.”

Sus amistades deben ser personas que comparten su fe y están listas para ayudarle cuando Usted esté atravesando por momentos difíciles. De la misma manera, Usted debe estar dispuesto a extender la mano a sus amigos que lo necesitan.

Proverbios 17:17 dice: “En todo tiempo ama el amigo, y es como hermano en tiempo de angustia.”

°Número tres, busque un amigo que sea un buen modelo para Usted.

Proverbios 27:17 dice: “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.”

Aunque no lo admitamos y aunque no lo queramos, nuestras vidas reciben la influencia de diversas fuentes. Una de esas fuentes son los amigos. No son pocas las veces cuando de una manera inconsciente adoptamos vocabulario, gestos, gustos y muchas otras cosas más de amigos que amamos y respetamos. Más vale entonces que nuestras amistades sean dignas de ser imitadas. Pero si el ejemplo que recibimos de nuestros amigos es malo, no será extraño que en algún momento nos hallemos imitando ese mal ejemplo.

Esto justamente fue lo que hizo dar un vuelco a la vida de cierto padre. "En un frío día de invierno, este padre se abrigó bien y salió de su casa para dirigirse a la taberna del pueblo, donde le esperaba el grupo de amigos con quienes solía beber licor y jugar a las cartas. Mientras caminaba hacia la taberna, sus pasos iban quedando marcados en la nieve fresca. Poco antes de llegar a la taberna se le ocurrió mirar hacia atrás y ¡oh sorpresa! A poca distancia de él, divisó a su pequeño hijo quien inocente al destino que tenían aquellas huellas, se divertía colocando sus pequeños pies en las huellas que había dejado su padre. El padre reconoció inmediatamente que si seguía su camino hacia el destino que pensaba, su tierno hijo también llegaría allí. Avergonzado giró ciento ochenta grados y corrió a abrazar a su hijo, y juntos regresaron al calor agradable del hogar."

Así es amable amigo, nuestro caminar deja huellas, por donde probablemente nos siguen unos cuantos amigos. Tengamos cuidado de ser un buen ejemplo para otros y a la vez tengamos cuidado de saber a quien estamos siguiendo.

°Número cuatro, busque un amigo que esté en capacidad de tomarle cuentas. Es decir alguien con una personalidad tal, que pueda con libertad señalar los errores que Usted cometa.

Proverbios 25:12 dice: “Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.”

Amigos así no se encuentran fácilmente. Son como joyas preciosas, el escritor de Proverbios los compara a zarcillos de oro y joyeles de oro fino. Estos amigos están tan interesados en nuestro bienestar, que no se hacen de la vista gorda cuando hacemos algo que está mal, sino que con amor y amabilidad nos hacen ver el error y nos motivan a rectificar.

Ese es el tipo de amigos que necesitamos. Si Usted quiere saber quiénes son realidad sus amigos, observe con atención la reacción de ellos ante algún error suyo. Los amigos de verdad, le traerán una palabra de exhortación en amor, mientras que los amigos que no son de verdad actuarán como si nada hubiera pasado.

Una pregunta inevitable es: ¿Dónde se puede encontrar amigos como los descritos? Los hay. Quizá no son muchos. Generalmente se encuentran muy activos en las iglesias locales. Algunos son pastores o ancianos, otros son diáconos, otros simplemente sirven al Señor sin tener ningún título específico. De aquí la importancia de involucrarse totalmente en las actividades de una iglesia local, lo cual, como ya hemos señalado es otra característica de la vida auténticamente cristiana.

Asumiendo que Usted ya ha encontrado buenos amigos, es necesario hacer todo lo posible para mantenerlos. Un proverbio ruso dice: Un viejo amigo es mejor que dos nuevos.

Otro proverbio dice: Cuando perdemos un amigo, morimos un poco.

Proverbios 27:10 dice: “No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre.”

Es importante cuidar los amigos.¿Cómo lograrlo? Pues cultivándolo. La amistad es como una planta, necesita ser cultivada para que florezca.

Parece que esto está inmerso en el consejo de Proverbios 18:24 donde dice: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.”

Para cultivar la amistad es necesario mostrarse amigo. Esto significa dar pasos prácticos para fomentar la amistad. Cuán importante es visitarse tanto como sea posible. Los momentos juntos son ocasiones para animar cuando los amigos están atravesando por situaciones difíciles, o para compartir el gozo cuando los amigos están en felicidad. Si las visitas personales no son posibles, siempre habrá forma de ponerse en contacto, ya sea por teléfono o por correo. El contacto no debe ser sólo para diversión sino para una sincera comunión entre personas que comparten la misma meta de agradar a Dios con sus vidas.

¿Tiene Usted amigos? No me refiero a aquellos con quienes sólo tiene contacto superficial. Me refiero a amigos verdaderos, como aquellos que hemos descrito. No olvide que otra característica de la vida auténticamente cristiana es la formación de amistades cristianas.

Si ya tiene amigos, ¿Está cultivando esas amistades? ¿Cuándo fue la última vez que invirtió tiempo con un amigo de verdad? Si no ha podido hacerlo por algún motivo especial, ¿Cuándo fue la última vez que le llamó por teléfono o le escribió una carta? Que tal si ahora mismo, aparta un poquito de tiempo de sus múltiples ocupaciones y toma el teléfono para animar a algún amigo, o simplemente para saludar, o para orar juntos. Su amigo se lo agradecerá. Es parte de la vida auténticamente cristiana.