G-12 ¿Una Nueva Reforma o Una Vieja Herejía?
Por Jôer Corrêa Batista*
¡No fui sorprendido! De hecho, era incluso previsible. Dada la situación en que se encuentran los púlpitos y, en consecuencia, la enseñanza en muchas iglesias evangélicas, era de esperarse que en cualquier hora una nueva onda viniera a agitar el mar tranquilo de la negligencia pastoral. El surgimiento de un nuevo movimiento u onda denominado G-12 no fue en nada sorprendente. Reuniendo varias doctrinas hoy muy conocidas de los evangélicos, la G-12 se presenta como la propuesta eclesiástica del próximo milenio. A juzgar por el contenido doctrinario, no hay casi nada en la G-12 que merezca un nuevo análisis, aunque ya fue abundantemente estudiado. Lo que ha sorprendido es la rapidez y facilidad con que la onda se esparce entre las iglesias, inclusive históricas, y las estrategias psicológicas usadas en los encuentros.
La mayoría de los participantes desconoce el origen del movimiento, así como sus propuestas. Fascinados por el impacto emocional y el aparente resultado inmediato, ven la G-12 como la esperanza de alcanzar la unidad de la iglesia y una reforma estructural. Según algunos proponentes, el modelo eclesiástico denominado células es una Segunda Reforma, nada perdiendo en intensidad con la Reforma Protestante del Siglo XVI.1 El propósito de este artículo es demostrar que G-12 no trae una nueva reforma, pero sí, viejas doctrinas como teología de la prosperidad, confesión positiva y maldición hereditaria, entre otras.
Así, lo que se propone es verificar el origen y las propuestas doctrinarias del movimiento, con base en sus propias afirmaciones. No nos dedicaremos aquí a discutir las cuestiones metodológicas de los encuentros. A pesar de la importancia de los mismos, el foco central ha sido desatendido en las discusiones cuando estas giran solamente en torno de las cuestiones técnicas y psicológicas de los encuentros. Este es sólo un componente del complejo movimiento G-12
I. Historia
Todos los proponentes del modelo G-12 admiten que el movimiento tuvo su inicio con la visión recibida por César Castellanos Domínguez.2 Castellanos es pastor de la Misión Carismática Internacional, que él fundó después de un periodo de frustración con su propio ministerio. Desilusionado con los resultados de su trabajo, él aplicó el modelo de iglesias en células de Paul Young Choo, alcanzando resultados más satisfactorios. Sin embargo, en 1991, según sus propias informaciones, él recibió una visión que iría a cambiar definitivamente su ministerio y su iglesia. Conforme él relata:
En 1991, sentimos que se aproximaba un mayor crecimiento, pero algo impedía que el mismo ocurriera en todas las dimensiones. Estando en uno de mis prolongados periodos de oración, pidiendo dirección de Dios para algunas decisiones, clamando por una estrategia que me ayudara en el fructificación de las setenta células que teníamos hasta entonces, recibí la extraordinaria revelación del modelo de los doce. Dios me quitó el velo. Fue entonces que tuve la claridad del modelo que ahora revoluciona el mundo en cuanto al concepto más eficaz para la multiplicación de la iglesia, los doce. En esta ocasión, escuché al Señor diciéndome: Vas a reproducir la visión que tengo en doce hombres, y estos deben hacerlo en otros doce, y estos por su vez, en otros! Cuando Dios me mostró la proyección de crecimiento me maravillé.3
Después de haber implantado el modelo, la Misión Carismática Internacional experimentó un sorprendente salto de crecimiento Esto llamó la atención de líderes en Brasil, los cuales, movidos por el interés de alcanzar crecimiento semejante, implantaron el modelo en sus comunidades y lo han difundido entre las iglesias evangélicas brasileñas.
Dos aspectos necesitan ser observados en cuanto a la implantación del movimiento en Brasil. Primero, la llamada Iglesia en Células, como estrategia de crecimiento de la iglesia, no es nueva en Brasil, habiendo sido aplicada hace varios años. Entonces, cual sería el factor determinante para el crecimiento? Se apuntan como elementos distintivos y, por lo tanto, determinantes, el número exacto de doce discípulos y los encuentros de tres días.4 Se nota así porque tales elementos del modelo son los más enfatizados. En segundo lugar, es importante observar que, al ser implantado en Brasil, tanto el Modelo G-12 como el Encuentro fueron adaptados, pasando por modificaciones como, por ejemplo, el sigilo del Encuentro (o Pacto de Legalidad y Silencio), que es característica peculiar al modelo brasileño.
Los principales proponentes de la G-12 en Brasil son Valnice Milhomens y Rene Terra Nova, ambos considerándose legítimos discípulos de César Castellanos. Valnice afirma haber recibido autoridad por delegación de Castellanos.5 Terra Nova, semejantemente, dice ejercer tal autoridad espiritual por delegación del mismo Castellanos.6
II. Funcionamiento
A pesar de las diferencias existentes en el movimiento, algunos puntos básicos son comunes. El modelo es estructurado a partir de una dinámica definida como Escalera del Éxito.7En suma, el proceso puede ser resumido en cuatro etapas:
Evangelización (Ganar)
Consolidación (Consolidar)
Entrenamiento (Discipular)
Envío (Enviar)
La Evangelización acontece en las células, que tienen como referencia el número 12. Así, cuando una célula alcanza el número de 24 personas en sus reuniones, ella se subdivide. La otra característica es que, al principio, la célula ocupa el papel de enseñanza y formación de la iglesia, restando al culto comunitario sólo el papel de celebración.
Consolidación es la etapa en la cual la fe del individuo es afianzada o definitivamente asegurada. Es en esta etapa del proceso donde el Encuentro es realizado. De esta forma, queda evidente que el propósito del Encuentro no es primariamente la evangelización, siendo inclusive recomendado que se certifique la conversión del candidato antes de su participación.8 Básicamente, el Encuentro tiene dos objetivos. Primero, afianzar la fe del nuevo convertido, a través de liberación y quiebra de maldiciones. En segundo lugar, conducir a la visión a aquel que se convirtió por métodos anteriores a la G-12, o sea, hacer la transición del modelo eclesiástico antiguo para la G-12. A esto le denominan trancisionar o recibir la visión. El Encuentro es un retiro de dos días y de naturaleza homogénea que ocurre durante un fin de semana, siendo precedido y seguido de cuatro reuniones, normalmente semanales (pre y post-encuentro). Son nueve horas de charlas acompañadas de extremo rigor disciplinario, inclusive con prohibición de intercomunicación, lo que provoca una fuerte reacción emocional y resultados aparentemente sorprendentes.9
El Entrenamiento es realizado por la escuela de líderes de cada iglesia. Aquí son preparados los discipuladores que irán a dirigir las células y ejecutar el programa de discipulado. La tendencia es de cursos breves de baja calidad. El objetivo es que cada participante o seguidor de la G-12 alcance sus 144 discípulos. Por fin, ocurre el Envío, cuando los líderes entrenados asumen el liderazgo de grupos de células, siempre de 12 personas, las cuales estarán en entrenamiento para que asuman liderazgo.
En cuanto al funcionamiento, es importante observar que aunque la G-12 es un movimiento que no propone la filiación de sus participantes a la iglesia realizadora del evento. Es posible ser uno de los doce de algún discipulador y permanecer miembro de una iglesia histórica que no tenga encuadrado el modelo, por ejemplo. De esa forma, el movimiento, a través de sus Encuentros, tiene una penetración más eficiente en el seno de las iglesias, y permite a los líderes de la región ejercer control sobre miembros de otras iglesias sin que ellos se desvinculen de las mismas.
III. Interpretación Bíblica, Revelaciones y Experiencias Místicas
El movimiento sigue las tendencias contemporáneas de interpretación,10 más específicamente la subjetividad y relatividad en la interpretación y aplicación de los textos bíblicos. De hecho, tanto el Modelo como el Encuentro parecen bíblicos, si consideráramos el volumen de citas y alusiones a textos bíblicos en ellos contenidos.11 Naturalmente, los participantes y proponentes del modelo también afirman que su base teológica es la inerrancia de las Escrituras, que son aceptadas como regla de fe y práctica. La diferencia está en sus principios de interpretación.
Tres principios pueden ser observados:
1) El primero implica en la ambigüedad de la comprensión de los textos. En otras palabras, los textos son tratados de forma relativa, pudiendo adquirir significados múltiples. No se trata de un sensus plenior del pasaje, pero de diversos sentidos dados a un mismo pasaje, que es entendida, así, de forma ambigua.12
Por ejemplo, en Habacuc 2.2 la palabra visión es entendida de diferentes maneras, significando al mismo tiempo la visión recibida por el profeta Habacuc, visiones literales recibidas actualmente por las personas, y visiones no-literales, pero que implican en un deseo o una fuerte convicción, frutos de la capacidad de proyectar el futuro.13 Estos dos últimos sentidos son usados y justificados por el texto de Habacuc y otros. Por lo tanto, no es simple entender lo que significa adquirir la visión conforme propone el movimiento. Puede significar la comprensión correcta de la Escritura, así como desarrollar la capacidad de buscar objetivos aún no concretizados o, finalmente, abrazar la visión recibida por César Castellanos.
El Encuentro y sus fases no son sólo para los nuevos creyentes, sino también para líderes que quieren implantar la visión de células de multiplicación y de grupos de 12. Para esa visión es necesario una gran disciplina, disposición y arriba de todo experiencia con El Señor Jesús.14
2) El segundo principio puede ser definido como una especie de hermenéutica freudiana.15 Más que alegórica, ella es simbólica. Con base en un subjetivismo extremado, los pasajes bíblicos son aplicados dándose a los detalles significados teológicos y prácticos, como vemos en el Manual del Encuentro:
“...Hubieron Salido, pues, de la ciudad y vinieron a él” (Jn 4.30). Es necesario salir para encontrarse con Jesús... Salimos de la ciudad para términos de un encuentro con Él. Abraham, Moisés, Jesús salieron de la ciudad. Nosotros necesitamos salir de la agitación para que nos encontremos con Él.16
Obsérvese que, en la tentativa de justificar el Encuentro, el texto bíblico no fue sólo alegorizado, sino ganó además de un significado teológico, un sentido simbólico que expresa deseo, obediencia e incluso fe. El Encuentro incentiva, por lo tanto, una utilización simbólica de la Escritura y reúne en torno de sí un conjunto de ritos, prácticas y procedimientos entendidos como bíblicos, pero de naturaleza mística.
3) El tercer principio es la subjetividad en la aplicación, una especie de interpretación romántica de la Biblia.17 Por ese principio, las perspectivas históricas y literarias son abandonadas y el centro de la interpretación pasa a ser la experiencia subjetiva, intimista y mística del intérprete. Por esta vía, todos los textos se aplican a todas las personas, bajo cualquier aspecto.
”En esa ocasión oí la voz de Dios, cuando me dijo que fuera al Jordán para bautizarme nuevamente, e inclusive me mostró quien debería hacerlo: un misionero mexicano que inmediatamente me compartió que, cuando su madre estaba embarazada, un profeta oró mostrando: Este niño que va a nacer tendrá el ministerio de Juan el Bautista”.
”Cuando salí de las aguas, sentí literalmente en el espíritu que los cielos se abrieron y que Dios enviaba su Espíritu.”18
Esas prácticas son comunes en el movimiento y demuestran una aplicación de la Escritura que cede su objetividad a la subjetividad personal y tendenciosa del intérprete. En este caso, observamos que la Escritura es alejada de su posición de única regla de fe y práctica, y ahora tal autoridad es compartida con las revelaciones recibidas por los proponentes de la G-12
Las mismas reglas de interpretación son aplicadas a las revelaciones contemporáneas. La única base del Modelo G-12 es la visión y la revelación dadas a César Castellanos. De ahí, tanto la fe como la vida cristiana son conducidas por revelaciones recibidas por los líderes. Decisiones prácticas, como casarse o no, son tomas por medios de visiones o revelaciones
”Me recuerdo de situaciones tan concretas como la revelación del día en que ella se convertiría a la vida cristiana y el momento en que después de pedir otras señales, el Señor me dije con voz audible...”19
”Desde ahí tuve el convencimiento de que realmente Dios le hablaba (a César), que era un hombre de fe, a quien el ES le comunicaba las cosas de forma directa... Siempre deseé escuchar la voz de Dios, de la misma manera que mi esposo lo conseguía...”20
Tales decisiones son llamadas de decisiones trascendentales21y rigen la vida cristiana. La naturaleza mística de las mismas es definida de manera precisa por César Castellanos: “La Misión Carismática Internacional es una iglesia eminentemente profética. Tendría que serlo por dos razones: la primera, su inicio fue determinado por una palabra profética dada directamente por Dios a este su siervo...””22
Esa subjetividad subyuga la Escritura a los criterios humanos. Las pretenciosas visiones y revelaciones directas determinan la doctrina de la iglesia y la conducta personal. No hay límites para la imaginación humana. Como afirma Valnice: “Dios trabaja con visiones; donde no hay visión no hay obra. Todas las realizaciones comienzan con visiones.”23
A este arsenal de revelaciones cotidianas, se siguen innumerables casos de experiencias inexplicables de naturaleza mística. Resurrecciones, arrebatamientos y ceremonias son detalladamente descritos en obras de los líderes del movimiento. Forman parte del día-a-día de la fe propuesta por los agenciadores de la G-12. No les sorprende el dualismo presente en esas revelaciones, así como en sus interpretaciones. La sorpresa amén del hecho de que los líderes avocan para sí una credibilidad arriba de cualquier crítica. El cuestionamento de sus experiencias es casi siempre descrito como incredulidad y oposición a Dios. Obsérvese la evaluación que Valnice hace de una de sus visiones, cuando, según ella, Dios le mostró dos iglesias, la fiel – Jerusalén – y la infiel – Roma.
”Jerusalén representa el lugar donde la Palabra de Dios es íntegramente obedecida, sin cuestionar, y el Espíritu es el Señor Absoluto en la Iglesia. Roma es el lugar de la lógica, de la razón, donde la filosofía va construyendo una estructura de raciocinio que lleva al cuestionamiento de la Palabra de Dios.”24
Además de promover la separación entre la fe y la razón, queda evidente que la visión del líder es incuestionable. En cualquier otra situación esa posición sería clasificada como fanatismo.
IV. La Teología del Modelo G-12
Como ya dijimos la teología del movimiento y del encuentro en las que se tienen muchas novedades y propuestas, reeditan el conjunto de doctrinas propaladas por el neopentecostalismo. Dos observaciones pueden ser hechas del título de la introducción. En primer lugar, la inconsistencia o incoherencia de sus doctrinas siquiera es observada por los seguidores del movimiento, lo que demuestra más una vez la fragilidad de las iglesia evangélicas. En segundo lugar, el mérito de la G-12 tal vez sea haber llevado algunas doctrinas del neopentecostalismo a las últimas consecuencias.
A. La Antropología
Un buen punto de partida para el análisis del movimiento es su antropología. Bajo la influencia post-moderna, el hombre preconizado por la G-12 es fruto de lo que David Herrero llama “espíritu romántico”,25 como él mismo describe: “El Hombre Romántico no es sólo inherentemente bueno, sino es también divino. De acuerdo con la filosofía que permea la antropología romántica, entre Dios y el hombre hay una identidad básica.”26
Por sus afirmaciones, César Castellanos deja claro que su perspectiva del ser humano es fatalmente comprometida con ese antropocentrismo, si no de los demás, por lo menos de sí mismo. Él afirma:
”Experimenté mi espíritu desprendiéndose del cuerpo. Luché; sin embargo una fuerza invisible manejaba mi alma. De repente, vino a mi mente la prueba del mes anterior y me recordé de las palabras “no es hora!” Me apropié de ellas y dije Señor no es posible que tú permitas esta muerte, no es hora, Tú precisas de mí en la tierra, Dame fuerzas para regresar a mi cuerpo y pueda levantarlo en tu nombre”.27
En otra ocasión el Espíritu Santo le dice, después de él haber orado entregando la dirección de la iglesia al propio Espíritu:
Y por qué tardaste tanto para decidirlo? Porque hasta ahora tú eras el pastor y Yo tu auxiliar? Tú me decías Espíritu Santo bendice esta persona y esta obra, bendice loque voy a predicar bendice la iglesia y yo tenía que hacerlo.28
Mayor arrogancia encontramos en las afirmaciones de Valnice: “Todo lo que sale de la boca de Dios es un decreto, pues emitido por una autoridad, cuya palabra tiene fuerza de ley, sus decretos son acompañados de su cumplimiento.”29 Tal enseñanza es seguida por su propia experiencia personal. Al referirse a la actitud que tomó al evaluar el horario de las 18:00 h como momento de adoración a Maria, ella declara:
”Padre, como autoridad espiritual en esta nación, revoco el decreto de Roma y establezco otro decreto...”30
”El milagro ocurre cuando yo libero el poder de Espíritu Santo. Y entonces ocurren milagros, pues las personas son transformadas.”31
Esta no es una característica aislada, sino es notada en los varios líderes que se adhirieron al movimiento,32 demostrando ser un espíritu de la época. Pero, no son sólo aquellos que andan con Dios que parecen gozar de ese estatus. En cuanto a los que se oponen a la G-12, se afirma:
”Se puede decir que el pastor que no entre en esta dimensión está matando el progreso del evangelio en su área... Quién no se reproduce está afectando la posibilidad de conversión de miles de vidas.”33
Es obvio que los proponentes afirman creer en la soberanía de Dios; pero, sus propuestas son inconsistentes con las doctrinas más elementales de la Escritura, como por ejemplo la omnipotencia de Dios. Por ese camino, la independencia divina queda perjudicada y Dios se torna dependiente de la gana humana. Además de la relación con Dios, otro aspecto en el cual los líderes de la G-12 expresan su divinización es en cuanto a los espíritus malignos. Las acciones de los espíritus malignos dependen de la conducta humana: “Todo pecado es una quiebra de comunión con Dios. Cada nivel de pecado libera una cantidad de demonios, cada pecado atrae una maldición.”34 Así, mis actos tienen el poder de liberar (no se sabe bien de donde) demonios que estaban presos (no se sabe por quienes o para qué)”.
B. Soteriología
La consecuencia final de esa exaltación humana es la descaracterización de la persona y obra redentora de Dios y, por contradictorio que parezca, la exaltación del hombre y de Satanás. La seguridad del creyente es reducida si acaso, o, en la mejor de las hipótesis, a la de su conducta y autoridad espiritual. El hecho de la Escritura enseñarnos que somos guardados por Dios (Sl 121) y que Jesús nos guarda (Jn 17.12) es totalmente negligenciado. Delante de la perspectiva de guerra espiritual35 exagerada por las enseñanzas de la G-12, los demonios alcanzaron poder y posición de destaque, en algunas ocasiones arriba de Dios.
”Cuando peco, abro una puerta de legalidad para que Satanás entre con su propósito, MATAR, ROBAR Y DESTRUIR... La maldición se infiltra por una legalidad y abre la puerta para que demonios vengan sobre la vida de la persona.”36
Es importante notar aquí que esta cita se refiere al Encuentro, donde se presupone que el participante, también llamado "encuentrista", es convertido. Eso significa que Satanás tiene poder para entrar en la vida de aquel que fue salvo por Cristo. Más que eso, la conducta pecaminosa es considerada una obstrucción o impedimento para que Dios bendiga sus hijos.
Por algún motivo, el modelo G-12 describe al creyente como un ser dividido entre Dios y el diablo. Pertenecemos a Dios, pero el diablo ejerce dominio sobre nosotros. El manual aún afirma: “Para que haya cura interior son necesarios dos pasos: Romper el dominio de Satanás sobre nosotros y tomar posesión de lo que es nuestro por derecho”.37
Esto nos conduce al verdadero carácter de la doctrina del movimiento G-12, o sea, su dualismo, donde Dios y los demonios contienden en condiciones de igualdad. En una narrativa como mínimo pintoresca, Valnice describe el proyecto “Palacio de la Reina.”38 En su argumentación y pretenciosa interpretación bíblica, ella entiende que Pablo no venció la entidad pagana en Éfeso (Hch. 19), sino sólo la enflaqueció. Pero, según ella, siguiendo datos históricos, cupo a Juan derrotar aquella entidad y conquistar Éfeso para Cristo. Ese dominio geográfico de Dios duró 200 años, siendo después la ciudad conquistada por tal entidad. Al explicar la razón para ese dominio, ella afirma: “Hoy Éfeso queda en Turquía, un país musulmán. Hoy hay sólo 500 cristianos nacidos de nuevo en aquel país. Qué es lo que aconteció? Diana reconquistó su trono.”39
Lo tomó de las manos de quién? Así la obra redentora de Cristo es maculada por la G-12, tornada sin efecto, una vez que somos sometidos a una salvación que depende de una liberación posterior y de quiebra de pactos y maldiciones no deshechos en la cruz de Cristo. Esa visión dualista dispone la situaciones que huyen al control de Dios, y vivimos así bajo constante actuación demoníaca en nuestras vidas.
Tales afirmaciones aproximan la G-12 más al pre-gnosticismo del primer siglo que al cristianismo bíblico. Evidencian la naturaleza sincrética del movimiento y su total incapacidad de mostrar la soberana obra redentora de Dios. La salvación es desnudada de su carácter mono, y tanto ella como la vida cristiana dependen de esa aventura humana en el mundo espiritual. Tales personas no poseen autoridad para hablar del evangelio de la soberana gracia de Dios.
Además de negar la obra redentora de Dios, la enseñanza de la G-12 aún se opone a la persona de Dios. Sus atributos son menospreciados, inclusive su bondad, amor y justicia. En un sesión de regresión, el ministrador del Encuentro es orientado a conducir a sus encuentristas a perdonar aquellos que los hubieron hecho sufrir:
En cada franja etaria, desde la infancia hasta la vida adulta, el ministrador deberá instruir a los encuentristas que se acuerden de momentos difíciles, amargos, traumatizantes, etc. Ellos necesitan liberar perdón a las personas envueltas en cada fase e incluso Dios.40
Tal afirmación se basa en la hipótesis de alguien estar lastimado con Dios. Pero, ella ignora la naturaleza santa y justa de Dios, así como su inmutabilidad, y acentúa el carácter meritorio del sufrimiento humano.41
C. Eclesiología
Por tratarse de un movimiento que se propone ser el modelo eclesiástico del próximo milenio, podemos definir este punto como una escato-eclesiología. Es notorio que la motivación de la G-12 es el crecimiento vertiginoso de la iglesia. Esto la transforma en una institución ensimismada, auto-centrada y esclava del pluralismo y pragmatismo religioso. Tres puntos pueden ser destacados en esa escato-eclesiología.
1) En primer lugar, usando los términos del propio movimiento, la iglesia del siglo XXI será sobrenatural. Por sobrenatural se entiende el carácter místico y supersticioso42 dado al movimiento por el neopentecostalismo. Se aguarda para el próximo siglo el surgimiento de señales en abundancia y el retorno a los milagros neotestamentarios. Conforme las previsiones de un líder:
”Creo que brevemente seremos revestidos con la unción de los grandes y maravillosos prodigios de Espíritu Santo y nuestra sombra curará como la de Pedro, y por nuestra palabra de orden los muertos resucitarán y grandes fenómenos ocurrirán por la fe, en nombre de Jesús”.43
Además de las señales milagrosas, se espera un periodo de innumerables revelaciones rutinarias, vistas como el “mover” de Dios. Esto implica que en el próximo milenio la iglesia deberá abandonar sus dogmas, sus doctrinas, y que será conducida por las revelaciones.
2) En segundo lugar, la iglesia del siglo XXI es vista como un cumplimiento escatológico. El modelo G-12 se ve como el cumplimiento profético. Como es de esperar, tales profecías no son encontradas en las escrituras, sino provienen de las revelaciones recibidas por los proponentes del movimiento. Si no veamos:
”Hemos recibido la palabra en el sentido de que en los años venideros habrá gente hambrienta por conocer el mensaje de la salvación; millones y millones correrán por las calles demostrando su deseo de saber de Cristo, y la única estructura que permitirá estar preparada para esto es la iglesia en células.”44
Las congregaciones del tipo parroquial, en las cuáles no hay más que 200 personas, no estarán en el modelo, porque cada iglesia será de como mínimo de cien mil personas.45
Además de Castellanos, otros líderes del movimiento y sus discípulos tienen la misma visión profética, la misma expectativa triunfalista para el próximo siglo:
”Teniendo la convicción de que el modelo de Bogotá era la base para el modelo que Dios tiene para nosotros, hemos retornado a las convenciones para beber de la fuente. Creemos que Dios dio al Pr. César Castellanos el modelo de los doce que ha de revolucionar la iglesia del próximo milenio.”46
”Como hijos que somos de Dios Todo-Poderoso, seremos conocidos en los cielos como la generación de las mayores conquistas y de las mayores cosechas para el Reino de Dios.” 47
”Hoy estamos reformando la eclesiología ... De ahí que creo que ese movimiento es la complementación de la primera reforma. Creo que él está barriendo los cuatro cantos de la tierra hoy, en una proporción y en una velocidad mucho mayor que la reforma protestante del siglo XVI.”48
Queda claro que el movimiento se ve como un cumplimiento profético, pero, no de las Escrituras, y sí de las proyecciones y previsiones hechas por sus proponentes.
3) En tercer lugar, la visión eclesiástica del movimiento sufrió una influencia empresarial, y por esa razón se aproximó a conceptos liberales. La división de la iglesia en ministerios administrativos y espirituales se asemeja a la visión liberal de Adolf Harnack acerca de la iglesia. Él idealizó la división entre ministerio religioso y ministerio administrativo o local.49 Castellanos afirma:
”La iglesia es la empresa más importante de una nación, por lo que el mismo crecimiento exigirá que haya dos sectores en el interior de la iglesia: un de carácter administrativo y otro relacionado al ministerio pastoral.”50
Esto revela más que una propuesta teológica: expresa la influencia empresarial de la estructura eclesiástica montada por Castellanos. Su eclesiología está más próxima de un marketing de red que del evangelio. El número 12 es el único elemento en esa estructura que se relaciona con el evangelio. Aún así, ninguna parte del relato de los evangelistas nos enseña que los discípulos tuvieron por su vez exactos doce discípulos.
Siguiendo una tendencia actual, la administración de Castellanos es centralizadora y su eclesiología es personalista. Negando evidencias bíblicas, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento (Dt 1; Hch. 15; 1 Tm 1.6-16), Castellanos defiende el fin de colegiados y asambleas, y propone un sistema de gobierno totalitario y personalista:
”La época de las asambleas y de los comités de ancianos para dar pasos importantes en la Iglesia, ya pasó en la historia. Estoy convencido de que Dios da la visión al pastor y en esa medida es a él que el Espíritu Santo habla, indicándole hasta donde debe moverse.”51
Conclusión
La G-12 está lejos de ser una reforma, mucho menos protestante. Ese movimiento no protesta, pero se acomoda y se amalgama a la filosofía de la época. Surge como propuesta innovadora, pero trae consigo doctrinas antiguas. De hecho, la G-12 y el Encuentro han prestado un tremendo desservicio a la iglesia evangélica en Brasil.
Finalizando, gustaría de mencionar el que podemos concluir acerca de ese movimiento. En primer lugar, tenemos la certeza de que el movimiento irá a pasar, como otras ondas neopentecostales. Sin embargo, como las demás ondas, es probable que mucho de sus doctrinas y prácticas permanezca en nuestro medio. Es necesario discutir la G-12; pero, la discusión debe ir además de las cuestiones metodológicas del Encuentro. Con o sin regresión, el Encuentro continuará enseñando la necesidad de perdonar a Dios y otras cosas cuestionables. Debemos debatir de forma más amplia la presencia de las teologías neopentecostales y su influencia en la vida y fe de las iglesias evangélicas.
En segundo lugar, es importante acordar que el movimiento revela la fragilidad de la enseñanza en las iglesias evangélicas. Un viento de doctrina, con enseñanzas tan fuera de tono con las Escritura, siquiera es notado por miembros de esas iglesias. El problema se agrava al considerar que nuevas ondas nos esperan. Que Dios nos conduzca a la fidelidad a la su Palabra y a la responsabilidad de luchar por la fe evangélica (Judas 3-4).
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