EL VALOR DE LAS PEQUEÑAS COSAS
Aprende a escuchar el valor de las pequeñas cosas, de los acontecimientos. Verás
que todo habla, todo se comunica contigo.
Con cada falta de delicadeza, hiero un poco a aquellos que me aman.
Con cada desatención, no soy ni educado ni cristiano.
Con cada mirada de desprecio, alguien resulta golpeado.
Con cada gesto de impaciencia, doy una bofetada invisible a los que viven a mi
lado.
Con cada perdón que niego, va un pedazo de mi egoísmo.
Con cada resentimiento que esbozo, revelo algo de mi amor propio herido.
Con cada palabra áspera que digo, pierdo algunos puntos para el cielo.
Con cada omisión que practico, rasgo una hoja del evangelio.
Con cada limosna que niego, alejo más triste a un pobre.
Con cada juicio malicioso, aflora mi lado mezquino.
Con cada oración que no hago, pierdo un mundo de gracia.
Con cada burla que hago, peco contra el silencio.
Con cada llanto que enjuago, hago más feliz a mi hermano.
Con cada acto de fe, canto un himno a la vida.
Con cada sonrisa que desparramo, planto una esperanza.
Con cada espina que clavo, lastimo el corazón de un semejante.
Con cada espina que arranco, alguien besará mi mano.
¡ Con cada rosa que ofrezco los Ángeles dicen AMEN!
Silvina Donoso
que todo habla, todo se comunica contigo.
Con cada falta de delicadeza, hiero un poco a aquellos que me aman.
Con cada desatención, no soy ni educado ni cristiano.
Con cada mirada de desprecio, alguien resulta golpeado.
Con cada gesto de impaciencia, doy una bofetada invisible a los que viven a mi
lado.
Con cada perdón que niego, va un pedazo de mi egoísmo.
Con cada resentimiento que esbozo, revelo algo de mi amor propio herido.
Con cada palabra áspera que digo, pierdo algunos puntos para el cielo.
Con cada omisión que practico, rasgo una hoja del evangelio.
Con cada limosna que niego, alejo más triste a un pobre.
Con cada juicio malicioso, aflora mi lado mezquino.
Con cada oración que no hago, pierdo un mundo de gracia.
Con cada burla que hago, peco contra el silencio.
Con cada llanto que enjuago, hago más feliz a mi hermano.
Con cada acto de fe, canto un himno a la vida.
Con cada sonrisa que desparramo, planto una esperanza.
Con cada espina que clavo, lastimo el corazón de un semejante.
Con cada espina que arranco, alguien besará mi mano.
¡ Con cada rosa que ofrezco los Ángeles dicen AMEN!
Silvina Donoso
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